Os zocos de Freixo
A principios del siglo XX los vecinos de Piño se hacían ellos mismo el calzado que usaban y lo más común era por aquel entonces los famosos zuecos.
Pusiéronse de acuerdo varios hombres para ir a buscar una madera especial para fabricarlos a la parte de abajo de la aldea, a la llamada Freixeira, por la cantidad de estos árboles que contenía y decidieron cortar uno de una vecina suya con fama de bruja, llamada Juana de Ferreirolo, una celibata que vivía con su hermano en una modesta casa del Requeixo.
Cuando los hombres llevaban un buen rato en la labor y la noche les había caído encima, una luz empezó a rondarles de tal manera que se iba hacia ellos una y otra vez.
Uno de los vecinos más valientes de la aldea, el Sr. Pepe de Loureano, que llevaba una escopeta y que por bruto era de los que más, porque era el que extraía las muelas a los demás vecinos, con alicates, no lo dudó un momento y alzando su escopeta de cartuchos a la luz, dio blanco y ésta inmediatamente desapareció.
Cuenta la leyenda, que la luz que se les apareció no era otra cosa más que Juana la bruja, que sabiéndose robada se presentó entre ellos convertida en una luz y luego de aquellos disparos tardó meses y meses en salir de su casa. Cuando lo hizo fue coja de una pierna supuestamente donde le dieron los disparos del Pepe el de Loureano.